miércoles, 12 de junio de 2013

Arqueólogos, nunca paguéis por trabajar ni regaléis vuestro trabajo



Desde hace un par de días se han encendido los ánimos entre los arqueólogos que poblamos las redes sociales. Anteayer por la noche hubo algunos que, cansados de la poca consideración profesional que se tiene a nuestra disciplina, dieron un buen puñetazo sobre la mesa y crearon el grupo P.A.D., Plataforma por una Arqueología Digna. Ideas, propuestas, discusiones, críticas y mucha indignación. Esto es lo que está surgiendo entre los casi 700 arqueólogos que componen ya el grupo de Facebook. 

Uno de los temas más problemáticos -y vergüenza me da decirlo- es el de trabajar pagando. Sí, sí, no cobrando, sino pagando. Los arqueólogos debemos de ser los más tontos del mercado laboral si todavía nos encontramos en este punto. 

Imaginemos un empresario que tiene una idea: diseñar un nuevo vehículo de cuatro ruedas, "coche" para los amigos. No encuentra financiación pública ni privada y dice: "¡Coño! Que me paguen los ingenieros que se van a encargar de diseñarlo, si no no voy a poder hacer mi coche." ¿Qué dirían los ingenieros en este caso? ¿Se arrastrarían y pagarían 750€ al mes por trabajar en el proyecto de este empresario? No, ¿verdad? Se reirían en su cara y se irían a otra cosa, aunque fuera a rascarse la barriga en el paro.

Ahora, traslademos esto al mundo de la arqueología: un arqueólogo tiene la fantástica idea de llevar a cabo una excavación en un pueblo perdido de Ciudad Real, por ejemplo, y se encuentra con lo inevitable: no tiene financiación pública ni privada y, por lo tanto, le viene una magnífica idea a la cabeza: "Voy a llamar a esto 'escuela' o 'curso' de Arqueología y tengo aquí durante un mes a los arqueólogos y estudiantes que quieran sacando adelante mi excavación, mi proyecto, pero que me paguen 750 € cada uno, que si no es imposible sacar esto adelante". Nosotros, al contrario que los ingenieros, perdemos la cabeza y cometemos uno de los peores errores que puede hacer un profesional: pagar por trabajar. 

Luego, eso sí, nos quejamos mucho porque no se tiene en consideración la profesionalidad de los arqueólogos, porque somos objeto de pitorreo en las obras, porque nos asaltan siempre con "anda, qué bonito eso que estudias", porque nos toman por indianas jones y aventureros, porque creen que nos vamos de vacaciones a excavar en verano en vez de a dejarnos el cayo. Nos lo merecemos, señores

No podemos, bajo ningún concepto, regalar nuestro trabajo. Podemos decidir intercambiarlo por experiencia, comida y alojamiento, si de verdad pensamos que es un intercambio justo, pero nunca regalarlo ni, mucho menos, pagar por realizarlo. ¿Qué valor estamos dando a lo que hacemos si pagamos por realizarlo? Si tan poco valoramos nuestro trabajo, ¿cómo pretendemos que alguna vez nos paguen por llevarlo a cabo? ¿De verdad apreciamos la arqueología y el trabajo de arqueólogos cuando lo denigramos de esta manera?

Para que esto cambie tenemos que dejar de poner escusas. 

Por lo pronto, abandonar esa de: "¿Tú sabes lo que cuesta llevar adelante una excavación? ¿Sabes el dinero que hay que poner sobre la mesa? Ahora mismo no hay financiación y, si no es así, no puede salir adelante el proyecto". Pues que no salga. No hay que excavar, en ningún caso, pasando por encima de los derechos de los trabajadores. Si no tienes dinero, tampoco tengas la cara dura de hacer pagar a los estudiantes y trabajadores que van a darte su tiempo y su trabajo para conseguir llevar a cabo tu proyecto. 

Existen otras formas de financiación: el crowdfunding está ayudando a sacar adelante este verano muchas excavaciones en nuestro país, ejemplo de gente que se lo curra, que respeta a sus trabajadores y que se intenta sacar las castañas del fuego sin pegar patadas en la boca a la arqueología; la búsqueda de mecenas o financiación privada de gran peso, que se pueden implicar en proyectos arqueológicos, tanto por amor a la cultura como por obtener visibilidad, respeto y llevar a cabo proyectos, quién sabe, quizás también por aburrimiento; la socialización del patrimonio, mediante charlas y actividades continuas que pongan en valor un yacimiento determinado en el que se acaben fijando los ayuntamientos y administraciones para usarlo como bien de interés público y reclamo turístico. En definitiva: imaginación y nunca explotación.



Otra de las escusas que tenemos que dejar de lado es la de "es que para hacer currículum tengo que ir a excavaciones y para ir a excavaciones decentes tengo que pagar". Totalmente falso. Por suerte hay todavía muchas excavaciones que tratan al arqueólogo y al estudiante con dignidad y donde ofrecen conocimiento, experiencia, alojamiento y comida a cambio de trabajo. Es cierto, no te pagan con dinero, pero es una intercambio recíproco al fin y al cabo. Cosa distinta es cuando eres licenciado, con máster, cursos e incluso doctorado y pretenden también establecer esta relación de reciprocidad. No , señores. Conocimiento y experiencia voy a aportar yo también, además de mi trabajo, a tu excavación, y como profesional necesito que se me pague. O, al menos, si no se me paga, sí poder implicarme con ilusión en tu proyecto, realizar investigaciones y publicaciones, proponer ideas y, en definitiva, actuar como lo que soy: arqueólogo. No he hecho un doctorado solo para llevar carretillas -que, ojo, las llevaré también gustosamente-. 

Y, si no encuentras excavaciones que te convenzan, existen otras muchas formas de ampliar tu curriculum: proponiendo ponencias o pósteres en los congresos que se organizan a lo largo de todo el año en nuestro país y fuera de él, sin miedo, en muchas ocasiones hay más posibilidades de que escojan tu trabajo de lo que crees; escribiendo artículos y mandándolos a las revistas que puedan estar interesadas, de nuevo: hay muchas revistas dispuestas a publicar tus trabajos; colaborando con medios de comunicación, páginas web, etc., para ayudar a una difusión justa de la arqueología, algo que cada día es más necesario; formar parte de grupos de investigación, asociaciones o proyectos de apoyo a la arqueología que, en muchas ocasiones, consiguen también excavaciones, congresos, ponencias, etc.; realizar mil y un cursos gratuitos y los que se pueda de pago -pero cursos de verdad, no engañabobos donde te roban por tu trabajo-; etc.

Como veis, hay muchas alternativas, pero ninguna de ellas es pagar por trabajar o regalar nuestro trabajo. Si tenemos algo de aprecio a la Arqueología como profesión y a nosotros mismos como personas, tenemos el deber de defender el valor de nuestro trabajo ante todo. Nuestros derechos y nuestro trabajo siempre por delante. Que no nos pisoteen. 


Pablo Aparicio Resco
@ArcheoPablo
aparicio.pablo89@gmail.com

lunes, 17 de diciembre de 2012

Arqueología en directo: "El Horno de Montesa"

En la actualidad nos quejamos con demasiada frecuencia de la falta de consideración profesional de los arqueólogos. La gente sigue teniendo demasiado presente la vida de látigo, pistola al cinto y tesoros en tumbas escondidas. ¿Qué hacer para solucionar esta situación y que se nos comience a reconocer como profesionales?

No existe una sola respuesta pero sí se pueden llevar a cabo iniciativas que aporten un granito más de arena a esta causa. Una de ellas es el blog "El Horno de Montesa". Se trata de un espacio en el que se muestra de forma pública el desarrollo de la investigación sobre un horno de cronología aún desconocida encontrado en cierta excavación arqueológica en el término municipal de Montesa (Valencia) durante el primer semestre de 2012.

Portada del blog "El Horno de Montesa"

Esta investigación constituirá así una iniciativa de Arqueología Pública que se integrará en el trabajo de fin de máster de un servidor, director también de este blog "ArcheoMind". Estáis todos invitados a visitarlo:

http://hornodemontesa.blogspot.com.es/


Pablo Aparicio Resco
@ArcheoPablo 

viernes, 7 de diciembre de 2012

Arqueología desde la vanguardia laboral


Siempre es gratificante que alguien que apostó de forma empresarial por su pasión, la Arqueología, se acerque a las aulas donde nos estamos formando los siguientes reclutas para mostrarnos su visión del presente y del futuro. Dando la vuelta al título de la novela de Remarque, hoy sí que hay novedades en “el frente”. Cada día. Es por eso por lo que he elegido presentar esta reflexión en términos “bélicos”, porque, pese a quien pese, esto es una maldita guerra y estamos metidos en ella hasta el cuello.

Las “bajas” se están sufriendo en la Universidad, en las aulas y en los centros de investigación pero parece que, una vez derribado el frente de la Construcción tras la explosión de la Burbuja Inmobiliaria, uno de los cuerpos que más efectivos ha perdido en el campo de batalla ha sido, precisamente, el de la Arqueología de Empresa.

El pasado 21 de noviembre llegó al cuartel de instrucción, sucio y empolvado, quizás algo exhausto pero con ilusión, uno de los emisarios directamente desde ese frente, con muchas heridas –quizás mutilado– por el estallido de aquella burbuja, que ¡Bum! les explotó justo en la cara. Su división, formada en los tiempos de gloria por más de 50 profesionales, ahora se encuentra maltrecha y sin recursos. Sólo quedan un par de soldados, al resto, desgraciadamente, los ha engullido aquella famosa quimera: la Crisis.

¿Qué ha pasado? ¿Dónde estuvo el error? ¿Qué hicimos mal? ¿Pecamos de fanatismo económico apuntándonos con demasiada emoción a aquella columna de saqueo indiscriminado? Realmente no tuvimos opción, todo ocurrió demasiado rápido. Se destruía desbocadamente y se necesitaban hordas de arqueólogos que rescataran a contrarreloj toda la información posible de las heridas de la tierra.

Echando la vista atrás, sin embargo, el Capitán Flors sabía que aquello había dejado de funcionar. Muchos soldados echándose el pitillo, sin trabajo, sentados a la puerta de la taberna donde, antes, cada día, eran requeridos para ir al frente. Habían sido buenos tiempos. Se sentían realizados porque se les acumulaba el trabajo, porque se excavaba más que nunca, porque ser arqueólogo por fin tenía una salida autónoma. Quizás fuera una suerte de espejismo.

La estrategia no era la adecuada porque la guerra era terriblemente injusta. Hoy, sólo hay unos pocos arqueólogos de empresa que han conseguido sobrevivir profesionalmente y que buscan desesperadamente desarrollarse como cuerpo de élite y seguir formando parte de esas divisiones de Arqueología de Empresa, que durante unos años gozaron de mucho trabajo y desigual prestigio.



El Capitan Flors se presentó aquella tarde con montones de papeles bajo el brazo, montones de ideas o, más bien, de planos sobre los que construir ideas. La solución pasa por reinventarse, nos dijo, y desplegó ante nosotros aquellos bocetos de un futuro distinto, tácticas de combate más o menos novedosas, algunas extremas hasta rozar el Taylorismo, que gustaron, confundieron o aterrorizaron, pero que no dejaron a nadie indiferente. Quizás eso también es bueno.

Tan enriquecedor como las noticias que nos puso sobre la mesa fue el gran debate que se generó después. Uno de los temas que más conflicto causaron fue el de la “mercantilización” de la Arqueología, el de pensar que lo que debemos crear es un “producto” que debemos vender y que para ello nos debemos servir de estrategias de marketing. Mucha gente se escandaliza porque la Cultura no debe tener precio, porque creen que con ello se enfriaría la pasión por nuestro trabajo para convertirlo todo en una triste lucha por un trono de oro. Yo, sin embargo, creo que no tiene por qué ser así. La clave está en la ética de trabajo: tenemos todo el derecho del mundo a promocionar nuestro producto arqueológico siempre y cuando pongamos todo nuestro esfuerzo en su perfecta realización. El marketing y la publicidad, que muchas veces se presentan como máquinas del engaño, no tienen por qué serlo si detrás de ellas hay un trabajo serio y profesional, que realmente merezca la pena. En este caso se convierten, por el contrario, en un elemento potenciador de la calidad porque permiten que trabajos verdaderamente enriquecedores lleguen a la sociedad, nuestros verdaderos clientes.

En este sentido, otra de las cosas que tienen fundamental importancia para que la Arqueología tenga un futuro –¡Y con ello nosotros, los arqueólogos, no lo olvidemos!– es la necesidad de una divulgación seria y efectiva. Entiendo por seria una divulgación de calidad, realizada por historiadores con conocimientos periodísticos o periodistas con conocimientos históricos, que transmitan de forma clara los resultados de las investigaciones, ya que, al fin y al cabo, debemos justificar su necesidad ante un público mixto y heterogéneo, normalmente ajeno a labores y términos arqueológicos. Por otro lado, entiendo por efectiva una divulgación complementaria a la tradicional, distinta, más viva, cercana, menos gris, que se convierta en algo divertido e interesante para aquella gente que no comparte otra forma de acercamiento a la Historia. Hacer documentales para historiadores es una pérdida de tiempo.

Yo, por la cuenta que me trae, estoy intentando aportar mi pequeño grano de arena en este sentido, abriendo nuevas vías a la Arqueología tradicional, debido a mi especialización: la Arqueología Virtual. Hago referencia a esto como ejemplo de que existen y se están poniendo en práctica nuevas formas de hacer y difundir la Arqueología y, cada uno, de mil formas distintas, podemos contribuir a crear la Arqueología del futuro. Lo que debemos tener claro es que, de cualquier modo, la nueva Arqueología pasa por salir a la calle, a las redes sociales, a las radios y televisiones. No es posible avanzar en este sentido con el elitismo de raíces decimonónicas que aún puebla gran parte de nuestro ambiente arqueológico. La Arqueología debe ser pública, abierta, seria y de calidad. No puede ser que pidamos a voz en grito “transparencia” a nuestros políticos y que en el día a día de nuestra profesión seamos completamente opacos.

Uno de los objetivos finales de esta serie de estrategias, en lo que atañe a nuestra disciplina, es conseguir la profesionalización de la Arqueología. No solo nominalmente y en los escritos administrativos sino de cara a la gente: es necesario que se nos vea como lo que somos, científicos e historiadores que investigan de forma seria para ofrecer un producto cargado de conocimiento sobre nuestro pasado. Debe quedar claro que nuestros estudios no son fruto de la inspiración artística o de la invención de taberna sino que tienen detrás un duro trabajo, estandarizado, metodológico y costoso. Que se reconozcan los medios de los que necesita una investigación arqueológica –tanto humanos como materiales– y lo provechosa que es su exploración desde el punto de vista cultural, social y económico.



Parece que la emoción de hablar de una Arqueología del futuro me ha llevado a olvidar los términos bélicos. Parece que se ha acabado la guerra. Ojalá esto se haga también realidad y las heridas, mutilaciones y muertes profesionales que hoy en día se producen de forma alarmante en el mundo de la Arqueología queden en un futuro, si no completamente erradicadas, sí muy reducidas. Como veis, está en nuestras manos y parece que la emoción, la ilusión y la imaginación tienen mucho que decir al respecto.


Pablo Aparicio Resco
@ArcheoPablo

(Este texto es una reflexión en torno a la conferencia "La Arqueología como profesión. Borrón y cuenta nueva." realizada por el arqueólogo Enric Flors Ureña, director de ARX. Arxivística i Arqueología, en la Universiad de Valencia el 21 de Noviembre del 2012)

martes, 9 de octubre de 2012

Los análisis técnicos sobre la "Adoración de los Magos" de Leonardo.


En 1481, los monjes de San Donato de Scopeto, cerca de Florencia, encargaron a Leonardo da Vinci la realización de una obra con la temática de la Adoración de los Magos. Como tantos otros proyectos del artista, éste también quedó inacabado. La obra, que ha llegado a nuestros días, ha sido objeto durante el último año de profundos análisis técnicos encaminados a un mejor conocimiento de la obra y de la técnica artística de Leonardo.

Ayer, lunes 8 de Octubre, fueron presentados los resultados de estas investigaciones en Florencia, en una de las sedes del Opifizio delle Pietre Dure que se ha encargado de los trabajos sobre la obra. Esta intervención sobre la "Adoración de los Magos" (246x243 cm) ha sido posible gracias a la importante labor de mecenazgo de la Associazione Amici degli Uffizi. En el comunicado del laboratorio de restauración se puede leer: 
"Se trata de un episodio de capital importancia en la historia del cuadro y de su conservación, muestra de la colaboración de dos de los más grandes institutos del Ministero per i Beni e le Attività Culturali en un proyecto estudiado durante largo tiempo por ambas partes."
Análisis sobre la tabla de la Adoración de los Magos de Leonardo da Vinci.

Uno de los puntos más importantes de estos análisis es que se realizarían con medios totalmente invasivos, es decir, que en ningún momento implicarían la modificación de la capa pictórica ni de su soporte. Esta es una de las vías más importantes de trabajo en los últimos años, que se basan en conocer sin modificar o destruir. En palabras de Mario Ciatti, soprintendente del Opifizio delle Pietre Dure, 

"[Los resultados de estos análisis han permitido] tener una visión más clara y profunda tanto de la técnica artística de Leonardo como de los problemas de conservación de la obra. Esto ha sido posible gracias al progreso que al mismo tiempo se ha llevado a cabo en el campo de las investigaciones científicas aplicadas a los bienes culturales, sobre todo en el importante sector de las técnicas no invasivas, es decir, que no implican la retirada de micro-muestras de materia."

Este tipo de técnicas han permitido realizar un "mapa" completo de la superficie material de la obra, sobre el cual será posible responder a posteriores cuestiones relacionadas con la estratigrafía o la composición de ciertos materiales sobre los cuales las técnicas no invasivas no pueden dar, por el momento, ninguna respuesta. 

Detalle de la Adoración de los Magos, a la derecha imagen en UV Falso Color.

Algunas de estas técnicas no invasivas son:

- La reflectografía IR, llevada a cabo gracias al scanner Multi-NIR, que permite diferenciar hasta 14 capas diferentes de material pictórico, así como restituir una imagen perfecta sin ninguna deformación óptica. 
- La Optical Coherence Tomography, que investiga los primeros estratos de la superficie, donde están presente los barnices y los materiales más importantes para estudiar el actual degrado visual de la obra.
- La técnica de Falso Color UV (inventada en el Opifizio delle Pietre Dure) que permite observar los diversos tipos de barnices utilizados, las posibles zonas restauradas o limpiadas, etc. 
- La técnica del 3D Optical Scanning, que ha permitido medir con exactitud micrométrica las variaciones dimensionales ocasionadas durante las investigaciones de los últimos 11 años y así observar el tipo de daños que se pueden llevar a cabo con las distintas técnicas y la aceleración en el degrado de la pieza. 

La Adoración de los Magos, de Leonardo da Vinci.

El mismo Mario Ciatti ha confirmado que las investigaciones sobre la Adoración de los Magos han permitido conocer mejor los primeros pasos de Leonardo a la hora de llevar a cabo una pintura, lo que ha sido confirmado en relación con otras obras como la Virgen de las Rocas de Londres o la Virgen con el Niño y Santa Ana del Louvre. 

"De estos importantes resultados se desprende una coherencia impresionante de parte de Leonardo en la utilización de un mismo modo de elaborar la creación material de sus pinturas, que se mantiene a lo largo de los años. Sobre el estrato de preparación Leonardo realiza, a mano alzada, el dibujo preliminar a punta seca. Ha sido encontrado el agujero del clavo que señalaba el punto de fuga y del cual partirían las líneas que le permitieron realizar las arquitecturas. Repasó posteriormente el dibujo con un tipo de acuarela negra dada con pincel y donde ya se ven las primeras modificaciones respecto al proyecto original. Después, con trazos veloces y largos realizó las sombras y construyó los volúmenes, mojando el pincel en una acuarela azul a base de colorante de origen vegetal tal y como desvelan los análisis químicos. La elección del azul anticipa aquello que más adelante Leonardo escribirá en su tratado: "Perché sul far della sera l'ombre de'corpi generate in bianca parete sono azzurre..." ("Porque, a la caída de la tarde, las sombras de los cuerpos, generadas sobre las paredes blancas, son azules..."). Finalmente pasó a sellar esta fase extendiendo una capa de imprimación transparente hecha con blanco de plomo disuelto con un aglutinante. Sobre esta primera fase, Leonardo comenzó la fase pictórica propiamente dicha, fundamentada en tonos amarillos y marrones, modelada y modulada con el añadido de tonos más cálidos según conviniera a los relieves, áreas y figuras. En algunos puntos de máxima luminosidad, Leonardo comenzó también a incluir algunas pinceladas de blanco, para en ese momento interrumpirse definitivamente sus trabajos por los conocidos motivos que le llevaron a Milán."

De forma paralela a esta historia técnica de la obra, se ha realizado una investigación documental con el objetivo de reconstruir la historia de la conservación de la obra, de forma que se pueda hacer una cronología de las intervenciones de las que ha sido objeto en el pasado y realizar una historia de los materiales que eran utilizados en las tradicionales escuelas de restauradores de las diversas épocas. 

Más información: Archeomatica; MiBAC.

Pablo Aparicio Resco
@ArcheoPablo

lunes, 8 de octubre de 2012

De "pintarrajo" sobre un Rothko a "Arte Contemporáneo".


Ayer por la noche saltaba la noticia de que un "vándalo" había pintarrajeado un Rothko y mucha gente se llevaba -no sin razón- las manos a la cabeza. De forma irónica, publiqué la noticia en mi página de Facebook comentando lo siguiente: 
"O sea, que esta pintada en un Rothko es un "manchurrón negro", ¿no? Vamos hombre, pues a mí me parece Arte. No sé qué tiene que envidiar esa firma, de la que se podrían hacer verdaderos tratados de estética contemporánea, a la mejor de las obras del señor Rothko, que, dicho de paso, le han llevado mucho menos tiempo que al pobre "vándalo" -como se afanan en llamarlo- realizar este espléndido graffiti."
La firma de Vladimir Umanets.
Como no podía ser de otro modo, este comentario suscitó ciertas críticas e indignación, ante quien no comprendía cómo podía insinuar que habríamos de estar de parte del "vándalo" que había destrozado una obra del señor Rothko. 

Hoy, con media sonrisa, he comprobado que no estaba tan desencaminado como pensaba. Resulta que el tal "vándalo" es un ruso conocido como Vladimir Umanets, y el texto que decidió plantar en la esquina inferior derecha del Rothko fue: "Vladimir Umanets '12. A Potential Piece of Yellowism" (Vladimir Umanets '12. Una pieza potencial del Amarillismo) Si nos damos una vuelta por la página del "Amarillismo", como dicen llamarlo, encontramos el Manifiesto Amarillista y varios ejemplos de supuestas "obras de arte" y performances de tal "corriente artística". En la misma página podemos ver también más ejemplos de objetos firmados por el tal Vladimir con la misma grafía. 

Llevémonos entonces las manos a la cabeza por cosas más serias, como qué es el Arte Contemporáneo y qué criterios sigue para ser así calificado. Acciones como las de este personaje, el tal Vladimir, que hoy hacen llevarse las manos a la cabeza a la gente, dentro de unos años -no muchos, me atrevo a pronosticar- serán estudiadas a su vez como Arte Contemporáneo en las más prestigiosas facultades. Si no, piensen por ejemplo en las controvertidas performances de Otto Mühl, del que un artículo de 2008 publicado en una revista de la Universidad Complutense de Madrid, dice: 
"Mühl piensa que el arte pictórico es una reminiscencia burguesa, y en su lugar propone acciones como desnudarse y cortarse el pecho y el muslo con una navaja de afeitar y orinar en un vaso que luego bebe al tiempo que unta su cuerpo con heces, para finalmente masturbarse mientras canta el himno nacional austríaco."
Pero, qué diablos es esto, señores, ¿nos hemos vuelto todos locos? Los historiadores del arte contemporáneo, al menos, parece que sí. 

Dejémonos entonces de falsedades. Hoy está muy mal visto criticar el Arte Contemporáneo, es de garrulos, paletos e incultos, pero la verdad es que si no ponemos límite a esto, lo vamos a lamentar. A mí no me importa que el bueno de Mühl se beba su propio meado y realmente tampoco demasiado que un Rothko se firme de esta forma. Lo que me preocupa es el sobrenombre que acabamos dando a estas acciones. Llamar Arte a absurdeces de este calibre es escupir sobre aquellas obras que sí lo merecen y sobre los artistas que las llevaron a cabo. Un poco de sentido común, por favor. 

Pablo Aparicio Resco
@ArcheoPablo

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Los juegos medievales del Monte Testaccio

Dibujo de 1534 en el que se representa la realización de uno de estos juegos.

Ayer mismo era noticia el Monte Testaccio de Roma, en el que las excavaciones, llevadas a cabo por un equipo español, estaban aportando nuevos datos sobre el aceite de la Andalucía de hace miles de años. El Monte Testaccio es una colina artificial de Roma formada durante época romana con miles de ánforas que no resultaba rentable lavar y volver a enviar por todo el Mediterráneo para un segundo uso. La espectacular colina cubre un área de más de 20.000 m² y su punto más alto supera los 40 metros. 

Pese a que su peculiar formación hace que sea un "basurero" de grandísima importancia para los arqueólogos, una buena parte de las ánforas que lo formaban se han destruido por completo, esparciéndose y cambiando la orografía original del monte -así como su estratigrafía-, en buena parte gracias a los juegos que durante varios siglos de la Edad Media fueron llevados a cabo en su ladera oriental. ¿En qué consistían?


Camino en el Testaccio.

Los juegos tenían lugar durante los Carnavales, la semana de diversión y transmutación de roles que tenía lugar antes de la Cuaresma y que comenzó a convertirse en tradición desde el siglo X. Durante esa semana estaban permitidas ciertas conductas impúdicas y licenciosas que en otros momentos del año serían impensables. 

Una de las fiestas, llamada "La ruzzica de li porci", se realizaba en esos días en el Monte Testaccio. No podemos negar que se trataba de una costumbre bastante salvaje:

Se engalanaban en lo alto de la colina hasta seis carros -llamados pomposamente "carrozze"- cada uno tirado por dos bueyes y llevando en su parte trasera dos grandes cerdos atados. En el valle de los pies de la colina esperaban a caballo las cuadrillas de mozos, llamados iocatores.

Con un ronco sonido de corneta daba comienzo el "juego": se espoleaba a los bueyes colina abajo y, por la poca adherencia de las ánforas, éstos resbalaban, caían, los carros volcaban de forma estrepitosa, perdiendo sus adornos o destruyéndose por completo en el peor de los casos. Entre una polvareda que debía verse desde cualquier colina de Roma, llegaban los carros destartalados a los pies del Testaccio. 

Envueltos en esa confusión, las cuadrillas de jóvenes de los distintos barrios luchaban por hacerse con el mayor número de cerdos posibles, teniendo que esquivar o lancear desde sus caballos a los bueyes y luchando mano a mano con el resto de los iocatores que buscaban el mismo botín. Todo ello se hacía en un ambiente de sangre, embriaguez, burlas, insultos, gritos y gran alboroto

Algunos han apuntado a la posibilidad de que este juego fuera una herencia pagana en relación con los sacrificios de animales romanos o suovetaurilias

Esta celebración, protagonizada por las baja nobleza y las clases medias y populares, se veía completada por la conocida como "Carrera del Palio", realizada en las inmediaciones del Monte Testaccio en los mismos días y en la que participaban los caballeros de la más alta nobleza. 

"La festa di Testaccio fatta in Roma", grabado de 1558. 

Estos juegos carnavalescos carnavalescas disfrutaron de gran esplendor durante los siglos XIV y XV hasta que en 1466 el Papa Pablo II trasladó las celebraciones a la Via del Corso y Plaza Venezia, donde acababa de levantar su palacio (el Palazzo Venezia). En cierto modo, esto acabo con la tradicional "Ruzzica de li porci", pese a que en 1534 y en 1545 se realizaron de nuevo algunos juegos en el Testaccio por orden del Papa Pablo III Farnese

Vista desde el Monte Testaccio. Turner. 1818.
Vista desde el Monte Testaccio hoy en día.

Al pie del Testaccio, allí donde en la Edad Media se realizaban estos juegos salvajes de Carnaval, hoy en día existen unas pistas de fútbol. En ocasiones la continuidad de los espacios llega de forma totalmente casual...


Pablo Aparicio Resco
@ArcheoPablo


martes, 18 de septiembre de 2012

¿Cuales son el origen y la importancia de Venus en Roma?

Castillo de Venus, en Erice, Sicilia. En el lugar del antiguo santuario.
La importancia de Venus a lo largo de la Historia Romana es sobresaliente. Grandes generales como Sila, Pompeyo o César la tomaron como fiel protectora. ¿A qué se debió? 

Entre los antepasados de los latinos, antiguos habitantes del Lacio, parece que venus era un nombre común que designaba una especie de “suerte”, “gracia divina” o “voluntad sobrenatural", que, con el paso del tiempo, después del periodo regio, fue divinizado en forma de una deidad femenina caracterizada principalmente por otorgar la victoria en los diversos ámbitos de la vida. No en vano, el primer templo a la divinidad levantado en Roma fue el de Venus Obsequens (en 295 a.C.), es decir, el de la Venus “que obsequia”, que es propicia y favorable al fiel, lo que tiene mucho que ver con el significado primitivo de la palabra venus

Por otro lado, paralelamente, la Afrodita griega comenzó a penetrar en suelo itálico: aparece como Apru para los etruscos –que la designaban en ocasiones con el nombre de Turán o reina–; como Frutis para los rutulos de Ardea; etc. 

Más al sur, en Sicilia, se había desarrollado el culto a Erix, una diosa greco-púnica de la naturaleza, que defendía el extremo occidental de la isla, y que poco a poco fue resaltando su aspecto de diosa de la sexualidad que quedaba bien reflejado en la conocida práctica de la prostitución sagrada, necesaria de frecuentar para obtener los favores de la diosa. 

"Venus Púdica". Museos Capitolinos, Roma.
Estos aspectos –el de diosa de la suerte o de la victoria latina (1); diosa del amor, la belleza y la persuasión griega (2); diosa de la sexualidad siciliana (3)– se fusionaron en una sola divinidad, la Venus Romana, teniendo como aglutinante la leyenda de Eneas (4) que situaba al hijo de Venus como antepasado del popolus romanus

Venus aparecerá entonces con diferentes epítetos: Felix, Caelestis, Ericina, etc. entre los que va a destacar, sobre todo desde el siglo II a.C., el de Victrix, ya que el sentido de “victoria” entendido como “regalo divino”, como ya hemos explicado, era el aspecto más marcado de las raíces religiosas de la Venus romana. 

La Venus romana, como diosa victoriosa, está unida en sus orígenes con el mundo militar. Esto explica que la relación entre Marte y Venus sea mucho mayor que la que existía entre los dioses griegos Ares y Afrodita. No en vano, el ya citado templo a Venus Obsequens fue construido como ofrenda a la diosa gracias a la ayuda propiciada en la Tercera Guerra Samnítica (298-290 a.C.). Más tarde, en el 217 a.C., se prometió también la construcción de un templo de Venus Ericina en Roma ante la grave situación de la Segunda Guerra Púnica. La diosa siciliana Erix se había asimilado con Venus y en su santuario había tenido lugar una heroica defensa romana ante las tropas cartaginesas en la Primera Guerra Púnica. Con la construcción de su templo en el pomerium de Roma se pretendía asegurar para esta nueva ocasión la ayuda que ya había prestado otorgando la victoria a los romanos en anteriores conflictos.

"Venus Pompeyana", Taberna delle Quatro Divinità, Pompeya.
De forma tardía, en torno al 48 a.C., Julio César otorga a Venus el epíteto de Genetrix, que reforzaba la pretendida ascendencia divina del general: los Julios se consideraban descendientes de Iulo, hijo mítico de Eneas y, por lo tanto, nieto de Venus. 

Como vemos, la diosa Venus fue usada en Roma con un doble sentido: religioso pero también político. Era muy beneficioso tener de tu lado una diosa que te proporcionara la Victoria, si no lo hacía de forma "real" sí era llevado a cabo de forma simbólica: presagios y augurios se encargaban de que el pueblo así lo creyera. 


Pablo Aparicio Resco
@ArcheoPablo